El F-15 Eagle es veloz, extraordinariamente ágil y capaz de trepar como un cohete. Está dotado con el
mejor radar de combate de occidente y puede localizar, interceptar y destruir aviones
enemigos a mayor distancia de la que alcanza a ver su piloto. Su sorprendente maniobrabilidad
lo hace un temible adversario cuando el combate se hace cercano y rápido. Pocos aviones
disfrutan de características parecidas a las del Eagle, el caza táctico todotiempo más
perfecto.
Como interceptador, el F15 es difícil de batir. Puede despegar en sólo 300m.
Sus motores, dos potentes Pratt & Whithey de casi 13.000 kg de empuje unitario y con
posquemadores, lo impulsan a una velocidad de despegue de 17.500 m/minuto y le permiten
alcanzar la cota operacional normal de casi 20.000 m tan sólo dos minutos después
de haber dejado el suelo. El F-15, sin embargo, puede alcanzar alturas más elevadas.
Acelerando tras superar la barrera del sonido, puede trepar hasta la extraordinaria cota
de 35.000 m, desde donde puede interceptar casi cualquier tipo de avión de
reconocimiento.
Como caza de defensa aérea, el Eagle puede volar a largas distancias. Puede ser empleado
en misiones de defensa aérea a 1.600 km de su base sin necesidad de reaprovisionar,
o permanecer en vuelo durante horas a distancias menores.
Cuando se le utiliza como caza de escolta el F-15 es un arma esencial. Los Boeing E-3 AWACS desarrollan
su tarea de controladores de batalla aérea, los aviones JSTARS garantizan que ningún movimiento
enemigo en tierra pase desapercibido, y los RC-135 y aviones similares recogen notables
cantidades de información de las comunicaciones secretas y los radares
enemigos.
Aunque estos aviones actúan generalmente desde zonas seguras, son sin embargo muy vulnerables
a los ataques de la caza enemiga y sólo el Eagle puede ofrecerles toda la protección que necesitan.
Como avión de ataque, el F-15 se ocupa de proporcionar la máxima cobertura a los cazacombarderos
durante su penetración en el espacio aéreo enemigo. Los Eagle están sin embargo siempre
preparados para interceptar a los aviones enemigos que pretendan interferir en el desarrollo
de la misión. Guiados hacia el enemigo por los controladores instalados a bordo de los
aviones AWACS, los F-15 toman el control operativo a casi 160 km de distancia del objetivo
gracias a sus sofisticados radares.